De potazos y tetazas
Se piensa, que todos los hombres lo primero que vemos en una mujer es su poto y sus tetas. Más, su poto. Pues, eso a veces no es exacto. Por lo menos en mi caso, no es así. Y se los juro. Aunque no me crean. No todos somos así.
Al peruano (a la mayoría de peruanos), le gusta el poto, el poto bien despachado. El potazo. Un culazo, para usar el argot que diaramente usted y yo usamos, no se hagan los locos. Mira ese culazo cuñao. Ta que tal tarro!. Son expresiones diarias que escuchamos.
El por qué del gusto por el poto tipo vedette de programa cómico, es tema para los especialistas, yo no soy uno de ellos y por ende no quiero ahondar ese punto, sin embargo sí creo que podría deslizar unas posibilidades:
* Necesidad de carne en el país (ahora que la carne cuesta mucho y sólo comemos pollo)
* Esos pensamientos que nos hacen nadar en nalgas voluptuosas, todo ello gracias a medios de comunicación que nos llenan de potazos en sus portadas y pantallas
* Porque es la parte (después de los pechos) que suele sobresalir más (idea idiota pero ideal al final)
Pero mi post quería decirles que NO, no siempre un hombre ve potos o tetas. Que sí, son agradables en tamaños casi perfectos (nada es perfecto), y que hay hombres que vemos un todo. Que apreciamos un rostro bello. Una sonrisa cautivadora. Una personalidad avasallante.
Estamos en una sociedad de cuerpos perfectos. De rollos 0 y de curvas delineadas con pincel número 2. Pero a la mayoría le sigue gustando los potazos.
Por lo general me gusta ver un buen rostro. Bellas manos. Mirada limpia (ojalá entiendan), sonrisa que te atrape. Sencillez. Dulzura. Buen vestir. Sí, en eso me fijo. El resto. Poto, tetas, cintura, etc. Etc. Todo eso se cae. Se avejenta. Lo que queda es lo rico. La esencia. Lo que está en el interior. Y también, por qué no, unos ojos llenos de vida y una expresión cálida, también perduran.
El poto, sí, llama la atención. Las tetas, también, te jalan la vista. Pero estos dos sobre salientes partes anatómicas, con el tiempo plop!
Queda sentado entonces. Que no soy partidario de los potazos. Ni de las tetazas. Veo más allá. Que no TODOS los hombres nos enfermamos viendo potos y tetas.
Tal vez mi defensa sea no creíble. Y muchos me dirán oye por favor!. Pero en verdad créanme. Por favor.
Al peruano (a la mayoría de peruanos), le gusta el poto, el poto bien despachado. El potazo. Un culazo, para usar el argot que diaramente usted y yo usamos, no se hagan los locos. Mira ese culazo cuñao. Ta que tal tarro!. Son expresiones diarias que escuchamos.
El por qué del gusto por el poto tipo vedette de programa cómico, es tema para los especialistas, yo no soy uno de ellos y por ende no quiero ahondar ese punto, sin embargo sí creo que podría deslizar unas posibilidades:
* Necesidad de carne en el país (ahora que la carne cuesta mucho y sólo comemos pollo)
* Esos pensamientos que nos hacen nadar en nalgas voluptuosas, todo ello gracias a medios de comunicación que nos llenan de potazos en sus portadas y pantallas
* Porque es la parte (después de los pechos) que suele sobresalir más (idea idiota pero ideal al final)
Pero mi post quería decirles que NO, no siempre un hombre ve potos o tetas. Que sí, son agradables en tamaños casi perfectos (nada es perfecto), y que hay hombres que vemos un todo. Que apreciamos un rostro bello. Una sonrisa cautivadora. Una personalidad avasallante.
Estamos en una sociedad de cuerpos perfectos. De rollos 0 y de curvas delineadas con pincel número 2. Pero a la mayoría le sigue gustando los potazos.
Por lo general me gusta ver un buen rostro. Bellas manos. Mirada limpia (ojalá entiendan), sonrisa que te atrape. Sencillez. Dulzura. Buen vestir. Sí, en eso me fijo. El resto. Poto, tetas, cintura, etc. Etc. Todo eso se cae. Se avejenta. Lo que queda es lo rico. La esencia. Lo que está en el interior. Y también, por qué no, unos ojos llenos de vida y una expresión cálida, también perduran.
El poto, sí, llama la atención. Las tetas, también, te jalan la vista. Pero estos dos sobre salientes partes anatómicas, con el tiempo plop!
Queda sentado entonces. Que no soy partidario de los potazos. Ni de las tetazas. Veo más allá. Que no TODOS los hombres nos enfermamos viendo potos y tetas.
Tal vez mi defensa sea no creíble. Y muchos me dirán oye por favor!. Pero en verdad créanme. Por favor.
6 comentarios
fabiano -
pepito -
Saludos
patrick -
willy -
marta -
angel -